El espolón calcáneo es un crecimiento del hueso del talón en forma de lanza ( como si fuese un espolón de un gallo, de ahí su nombre). Se produce cuando la fascia, que es el tejido elástico que une el talón con la zona de debajo de los dedos del pie, está sometida a excesiva tracción y sobrecarga generando unas microrroturas en su inserción. Esta parte se calcifica formándose esa especie de «hueso» que provoca un dolor agudo en el talón, como si fuesen pinchazos.
SÍNTOMAS. ¿ES DOLOROSO?
El síntoma principal del espolón calcáneo es el dolor en la parte central del talón por la planta del pie. No obstante, cabe matizar que la aparición del espolón calcáneo no produce dolor en sí misma, pero con el tiempo, se puede llegar a irradiar por toda la superficie del talón hasta tal punto que el paciente no consigue identificar un punto exacto que le duela más que cualquier otro.
El dolor se ve más acentuado cuando nos levantamos por la mañana de la cama y nos ponemos de pie, tras estar sentado durante mucho tiempo o al realizar actividades como caminar o correr durante largos periodos de tiempo.
CAUSAS. ¿POR QUÉ SE PRODUCE?
El espolón calcáneo se produce por una acumulación de calcio, que deriva en la formación de un «hueso» tras soportar un exceso de presión en esa parte del pie durante varios meses. Esta sobrecarga se produce, en la mayoría de ocasiones, por un aumento de tensión de la fascia plantar. Por tanto podríamos decir que el espolón es la consecuencia de una fascitis plantar prolongada en el tiempo.
Existen factores que pueden incrementar las probabilidades de aparición de esta patología. Por lo tanto, el espolón calcáneo es más frecuente en personas que:
- Tienen el pie muy arqueado o el pie plano.
- Sufren sobrepeso.
- Corren o practican deporte en superficies muy duras con un calzado inadecuado.
- Utilizan zapatos muy duros durante tiempos prolongados.
¿LA FORMA DE PISAR INFLUYE EN ESTA PATOLOGÍA?
La forma de pisar es sin ninguna duda una de las causas principales para sufrir una fascitis plantar y derivar en un espolón calcáneo. Los tipos de pies en los que más habitualmente nos vamos a encontrar las fascitis son en los pies cavos (puente más elevado de lo normal) y en los pies planos/valgos (pies que tienden a desplomarse hacia el interior). Aunque parezcan pies totalmente distintos, en ambos casos se produce un aumento considerable de la tensión de la fascia. Si bien es verdad, los pies con tendencia a la hiperpronación (planos/valgos), son los que más posibilidades tienen de padecer una fascitis plantar.
Uno de los peligros asociados a la fascitis plantar y al espolón de calcáneo, es sin duda que inconscientemente se altera de manera drástica la biomecánica normal del pie afectado. Este es un mecanismo de defensa contra el dolor lógico, ya que si pisamos con “otras zonas”, no nos molestará tanto la zona del talón. Pero esta manera de pisar antinatural no sale gratis, ya que de alargarse en el tiempo puede provocar como consecuencia que articulaciones superiores (rodilla y cadera principalmente) aumenten considerablemente su desgaste y se resientan de una manera significativa.
DIAGNÓSTICO. ¿CÓMO SABER SI ES ESPOLÓN CALCÁNEO O FASCITIS PLANTAR?
El espolón calcáneo se confunde, en muchas ocasiones, con la fascitis plantar. Por ello, es necesario que un profesional realice un diagnóstico correcto prestando especial atención a los signos y síntomas que presenta el paciente y atendiendo a aspectos como los antecedentes familiares, los hábitos alimenticios, el tipo de calzado que utiliza, los posibles traumatismos que haya tenido en el pie y/o las actividades deportivas que ha practicado, entre otros.
Una vez hecho esto, es recomendable que se realice un estudio biomecánico de la pisada para determinar si es esta la causa o no que provoca el problema.
Y por último, lo aconsejable es realizar una prueba radiológica en la que se observará si existe esa calcificación que tendrá forma de «saliente puntiagudo». Aquí es donde tendremos definitivamente un diagnóstico diferencial entre fascitis plantar y espolón calcáneo. Si en esta prueba NO aparece esta nueva formación, hablaremos sencillamente de fascitis plantar, es decir, un aumento de la tensión de la fascia.
TRATAMIENTOS. ¿CÓMO SOLUCIONAR ESTA PATOLOGÍA?
En realidad, los síntomas y el tratamiento son muy parecidos en las dos patologías. El objetivo es, en ambos casos, «destensar» la fascia disminuyendo así la inflamación y, por lo tanto, el dolor. Destacar que es muy importante realizar el diagnóstico lo antes posible para comenzar con el tratamiento adecuado.
El tratamiento ideal consiste en combinar tratamientos de fisioterapia encaminados a disminuir la inflamación, y por otro lado realizar un correcto estudio biomecánico de la pisada para valorar si tiene relación con la lesión en cuestión o no. En caso afirmativo, es necesario diseñar y fabricar unas plantillas personalizadas adecuadas que corrijan en la medida de lo posible la alteración biomecánica que genera el exceso de tensión de la fascia y en última instancia el dolor provocado por el propio espolón.
Una vez superada la fase aguda, es muy importante que el paciente adopte unos hábitos correctos sobre ejercicios, estiramientos y sobre el uso de calzado correcto que debe utilizar tanto para la vida normal como para la actividad deportiva.
En realidad, los síntomas y el tratamiento son muy parecidos en las dos patologías. El objetivo es, en ambos casos, «destensar» la fascia disminuyendo así la inflamación y, por lo tanto, el dolor. Destacar que es muy importante realizar el diagnóstico lo antes posible para comenzar con el tratamiento adecuado.
Isidro Vicente
Podólogo. Colegiado Nº 838340209
Diplomado en Podología por la Universidad de Extremadura.
Experto en Ortopodología Clínica por la Universidad de Barcelona.
Reflexólogo Podal.